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Objeto: M 27 - Constelación: Vulpecula

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Datos  / Dates

Objeto M 27 / Nebulosa de Dumbell
Fecha 30-8-08
Lugar Áger - Lleida
Telescopio Reflector Sky Watcher 250/1200
Camara Canon 400 D / Modificada
Nº exposiciones 15
Tiempo exposicion individual 10 minutos
ISO 40
Procesado Maxim DL / Pixinsight / Photoshop
 

Descubierta por Charles Messier en 1764.

La Nebulosa Dumbbell M 27 (que puede traducirse por “Pesa” o “Mancuerna”, pero en este caso el nombre en inglés es el más utilizado) fue la primera nebulosa planetaria en ser descubierta. El 12 de julio de 1764, Charles Messier descubrió este nueva y fascinante clase de objetos, y describe a ésta como una nebulosa oval sin estrellas. El nombre “Dumbbell” proviene de una descripción hecha por John Herschel, quien también la comparó con el “disparo de una escopeta de dos caños”.

Por casualidad la vemos aproximadamente desde su plano ecuatorial (de izquierda a derecha en nuestra imagen); ésto es muy parecido a nuestra visión de otra nebulosa planetaria de Messier, más tenue, M76, que es llamada “Pequeña Dumbbell”. Vista desde uno de sus polos, tendría probablemente la forma de un anillo, y quizás se viera parecida a la Nebulosa del Anillo M57.

Ciertamente, esta nebulosa planetaria es el objeto más impresionante de su clase en el cielo, ya que su diámetro angular es de casi 6 minutos de arco, con un halo tenue que se extiende por algo más de 15 minutos de arco, es decir, la mitad del diámetro aparente de la Luna (Millikan, 1974).

También se encuentra entre los más brillantes, siendo al menos (con su magnitud aparente estimada de 7,4) casi tan luminosa que la Nebulosa Hélice NGC 7293 en Acuario, que tiene una magnitud de 7,3, la que sin embargo tiene un menor brillo superficial debido a su mayor extensión (estimaciones de Stephen Hynes); resulta raro que esta nebulosa planetaria sea, fotográficamente, apenas un poco menos luminosa (magnitud 7,6). El autor de este artículo (hf) quedó sorprendido de que este objeto fuera visible, bajo condiciones moderadamente buenas, con sus binoculares de 10x50.

Tal como fue medida por el astrónomo soviético O. N. Chudowitchera desde Pulkowo (mencionado por L. H. Aller, Glyn Jones y Vehrenberg), la porción brillante de la nebulosa aparentemente se está expandiendo a una velocidad de 6,8 minutos de arco por siglo, lo que la hace llegar a una edad estimada de 3 000 a 4 000 años, es decir, que la eyección de la cáscara probablemente habría sido observable en esa época (en realidad, sucedió antes, puesto que la luz tuvo que viajar toda esa distancia de quizás 1 000 años luz). La astrónoma estimó que la distancia era de solamente unos 490 años luz, algo corta quizás. Otra estimación, hecha por Burnham, obtuvo una velocidad de expansión de 1,0 arcosegundos por siglo, y una edad estimada de 48 mil años.

La estrella central de M 27 es bastante brillante, con una magnitud de 13,5 y con una temperatura de unos 85 000 K (sería una sub-enana azulada caliente tipo O7, tal como se la lista en el Catálogo Celeste 2000). K. M. Cudworth del Observatorio de Yerkes encontró que probablemente tenga una tenue compañera (de magnitud 17ª) a 6,5 minutos de arco con un ángulo de posición de 214º (Burnham).

Como sucede con la mayoría de las nebulosas planetarias, la distancia de M 27 (y por lo tanto su dimensión real y su luminosidad intrínseca) no es bien conocida. Hynes da unos 800 años luz, Kenneth Glyn Jones da 975, Mallas / Kreimes la estiman en 1 250, mientas que otras estimaciones van desde 490 a 3 500 años luz. Actualmente, se están realizando investigaciones con el Telescopio Espacial Hubble a los efectos de determinar un valor más confiable y acertado de su distancia.

Adoptando nuestro valor de 1 200 años luz, su luminosidad intrínseca es unas 100 veces mayor que la del Sol (magnitud absoluta –0,5), mientras que la de la estrella es aproximadamente de +6 (un tercio de la del Sol), y la de la compañera sería de +9 o +9,5 (unas 100 veces menos que la del Sol), todas ellas en la porción visible del espectro electromagnético.

Que la estrella sea tanto más brillante que su estrella, muestra que esta última emite principalmente radiación altamente energética en la zona no visible del espectro, la que es absorbida por el gas de la nebulosa, y re-emitida por la nebulosa, al menos en buena parte, como luz visible.

En realidad, como sucede con casi todas las nebulosas planetarias, la porción mayor de la luz visible se emite en una única línea espectral, la de la luz verde a 5 007 Ángstrom.


 

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